Marina

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Marina, de Ezequiel Barranco Moreno

miércoles, 29 de mayo de 2024

Desencuentro con el Frankenstein lanudo


Juana era una mujer trabajadora y de costumbres sencillas. Su principal labor era pasar las tardes en casa viendo la televisión mientras hacía punto. Era tal su afición y la habilidad que había mostrado desde que era una jovencita, que medio barrio tenía un chaleco o una toquilla hecha por ella. De esa forma se ganaba la amistad y, de camino, algunas perras, que nunca venían mal, sobre todo desde que Mariano, su difunto marido, al que Dios tenga en su Gloria, murió en un accidente al caerse desde el quinto piso de la obra en que trabajaba.

Ella nunca había tenido otro oficio que las faenas de la casa y los cuidados que Mariano requería: hacerle el desayuno a las seis de la mañana antes de que se fuera al tajo, prepararle la ropa y el rancho con el que almorzaría, despedirse de él, recoger la cama y la ropa sucia que había dejado, y esperarlo al caer la tarde para, según le viera los ojos más o menos brillantes y el andar recto o sinuoso; llevarlo a la cama para desnudarle y satisfacerlo, quitarle las botas y acunarlo, o irse al patio posterior, entornar la puerta de la cocina y pasar lo más desapercibida posible.


La vida de la abnegada esposa y costurera cambiar raradicalmnmente tras la muerte de su marido ¿Qué será de ella y ese tal Frankenstein? - Lo sabremos el jueves 6 de junio en la Sala la Revuelta (calle Siete Revueltas 33, Sevilla) en la presentación de mi libro Realidades Imaginadas, a las 20 horas.


2 comentarios:

  1. Si nos atenernos a "El jovencito Frankenstein de Mel Brooks" ten por cierto que va a salir ganando, amigo Sancho.

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    1. Ante una mujer empresaria y empoderada es difícil plantarse.

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