En el centro del desierto, equidistante de los cuatro puntos cardinales, se organizan cada sábado botellonas, a pesar de que está prohibido y la policía puede multarlos. Son bastante aburridas, porque no dispensan alcohol, pero con agua, dátiles y poco más se conforman los asistentes. Los vendedores de esos productos y de mantas para combatir el intenso frío de la noche se están haciendo ricos a costa de los jóvenes, que cada vez acuden con mayor entusiasmo.
Tal como está la situación, todos se tienen que refugiar alrededor de una fogata, sin comer ni beber; y allí, en silencio, coinciden en que el amanecer allí es precioso.
Hombre...
ResponderEliminarMuy bonito debía de ser el amanecer porque el panorama nocturno parecía más bien el de un campamento de boy scouts (campamento que, dicho sea de paso, se añora con el tiempo)
Nada es bonito ni feo, ni divertido o aburrido, ni útil o inútil. Todo depende del momento y de quien vive y juzga ese momento.
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