Signes, de Antoni Tàpies
Encontró un anónimo que
habían deslizado por debajo de la puerta. Era un sobre sin remitente ni
destinatario, que solo contenía un folio en blanco. No pudo volver a hablar, los
piquetes informativos del diccionario eran muy violentos.
—Tú estás en lo cierto, Sancho —dijo don Quijote—. Vete adonde quisieres y come lo que pudieres, que yo ya estoy satisfecho, y solo me falta dar al alma su refacción, como se la daré escuchando el cuento de este buen hombre.
Marina
sábado, 16 de abril de 2022
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Me gusta, más bien me aterroriza, pero................................................................................................................................
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ResponderEliminarQué tremendo, un mundo sin palabras. El folio en blanco es uno de los objetos más temidos, aunque también es un reto.
ResponderEliminarMuy ingenioso, Ezequiel. Un abrazo
Un mundo sin palabras ha de ser un tormento. El miedo a la página en blanco es el mayor terror de un escritor, aunque también un reto. Muy bien reflejado, Ezequiel. Un abrazo
ResponderEliminarLa palabra, verbal, escrita o simplemente sentida es tan fundamental y hermosa que su pérdida se nos plantea imposible y su mal uso la convierte en un arma arrojadiza contra la cultura, la justicia, el bienestar y el progreso.
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