Marina

Marina
Marina, de Ezequiel Barranco Moreno

viernes, 5 de abril de 2019

Tiempo (Serie mis cuadros - 12)

La mesa del salón

Los rincones vacíos de la casa ya desmantelada estaban ocupados por papeles, cajas de zapatos, libros y otros objetos, ahora inservibles. 
Me senté en una de las esquinas del salón, en espera de que el funcionario me obligara a dejar la casa, y rememoré la disposición de los muebles, Sobre la mesa un viejo macetero, mis pinceles, un libro a medio leer, y un marco con la foto de los abuelos.
Cuando oí que llamaban a la puerta, cogí mi osito de peluche, mi primera bicicleta, las notas del colegio, el anillo, y una maleta repleta de fotos. Me aferré a unas flores que había dejado junto al retrato en blanco y negro de mi madre y, cerrando los ojos, sentí como me arropaba entre sus brazos. 
Habían pasado cuarenta años desde que le di el último beso.

2 comentarios:

  1. No se olvidan los lugares, no se olvidan las casas (las cosas)
    Mucho menos se olvida el último beso a tu madre o a tu padre -siempre con frío en los labios-
    No se olvida el primer beso.
    No se olvida el primer beso a un hijo.
    Y debe ser terrible no olvidar -no poder olvidar- el último beso ( ya frío ) a un hijo.

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