Las Lanzas, de Diego
Velázquez
(Detalle)
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Al mirar el mapa vi como las
fronteras cambiaron y las naciones se dividieron, los mares inundaron los
desiertos, el curso de los ríos se modificó y dividió las regiones en parcelas
de odio, las vías del tren separaron el hambre del exceso, en
cada barrio los bloques se cuartearon en pequeños apartamentos y cada fachada
en cientos de ventanas, todas iguales, vacías.
Tabiqué mi casa y cerré
habitaciones, transformé la ventana en un calidoscopio, mis ojos en una lente y
cada mano en cinco martillos. Parcelé la cordura en ilusorias justificaciones,
levanté un muro entre el corazón y mis manos, entre la razón y mi decisión, y disparé.
Levantó un muro por encargo, patrotismo o religión. Disparó por uno -o por los tres- motivos y se habituó a hacerlo. Después de un tiempo no necesitaba motivos, tampoco aislar su corazón
ResponderEliminarA todo se acostumbra uno y desgraciadamente a la maldad también.
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