Arquímedes pensativo, de Domenico
Fetti
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En
la primera hambruna de la humanidad encontró una manzana caída, le gustó y la
devoró con ansiedad. Satisfecho, recolectó todos los frutos del árbol y se los
llevó a su cueva. Salió a por más, y tantos juntó que le fue imposible cargarlos,
por lo que cogió la piel de cordero que le cubría, ofreció a sus hambrientos
vecinos alguna fruta a cambio de más pieles e hizo con ellas sacos para transportarlos.
Abandonó la cueva y se fue a una choza que había construido para su familia.
Tenía entonces veinte sacos de frutas y verduras y, viendo que no podía moverlos
para la mudanza, ofreció uno a cambio de una tabla y otro por una rueda
—elemento de reciente invención—, para llevarlos así a su nuevo hogar y
continuar la recolección. Tanto acumuló que tuvo que llamar a un amigo al que le
compró un coche de caballos, que luego cambió por un camión, para
transportarlos a un almacén en el que acumuló toda su producción.
Se
había enriquecido, compró casas y terrenos en la gran ciudad; los usaba, ponía
en valor y realquilaba al mejor postor, hasta que, en plena expansión económica,
decidió irse a las Américas en un barco que llenó con el contenido de más de
sus más de quinientos almacenes. Allí vivió tranquilo hasta que, asustado por
los peligros de una previsible tercera guerra mundial, quiso guardar todas sus
pertenencias en algún lugar seguro. Con ayuda estatal horadó la tierra y
construyó un inmenso refugio para poner a salvo su inmenso patrimonio y, de
camino, sacar provecho con la venta y alquiler de parcelas. Estaba seguro de
que todo lo tenía a salvo, cuando escuchó una terrible noticia: un asteroide se
dirigía a la Tierra y la destruiría.
Reunidos
los principales científicos, llegaron a
la conclusión de que todo estaba perdido, pues la única solución posible
era desplazar la Tierra, cosa a todas luces imposible. Fue entonces cuando, sin
dudarlo, acudió a Arquímedes y le vendió el punto de apoyo que tanto tiempo
llevaba pidiendo.
Chico listo. Tenía una solución para cada problema y siempre sacaba beneficio.
ResponderEliminarLuego de casó con Melanie y, para conseguir más beneficios, se hizo presidente.
Esa, me temo, ha sido la historia de la humanidad y de sus grandes hombres.
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