Primavera,
de Ezequiel Barranco
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El
patio estaba repleto de claveles, gitanillas y petunias, algunos tulipanes en
las esquinas y dalias en macetas colgadas en las paredes. Junto a la
exuberancia del color rojo, la sombra de una parra y el sonido de la fuente
creaban un espacio idílico con el que doña Carmen, esperaba ganar el concurso
de embellecimiento de las fiestas de primavera.
Descansaba
satisfecha cuando vio que había nacido una extraña flor turquesa que, aunque
hermosa, desentonaba con el entorno, por lo que la arrancó. A la mañana
siguiente la flor renació dónde había caído y creció más grande y brillante, como si quisiera
llamar la atención. Doña Carmen volvió a arrancarla, pero la flor nuevamente
rebrotó, ahora con un tallo leñoso mucho más fuerte. No era fácil romperle el
tronco, por lo que en esta ocasión la arrancó de raíz y la tiró a la calle.
Poco tiempo después los transeúntes la admiraban en la puerta de la casa,
parecía un arbusto y la inmensa flor turquesa llegó a ocupar parte del portal,
lo que obligó a la comunidad a sacrificarla. Al cortarla, el viento llevó la
flor a una maceta del centro del patio y allí revivió, ya muy debilitada, algo
más pequeña y con un color rojo bermellón que, aunque ocultaba algunas discretas
irisaciones turquesas, le permitió vivir y disfrutar del primer premio.
La ilusión por ser y por vivir, se llama constancia, perseverancia ,Fé (en uno mismo o en la humanidsd) y merece ser premiada.
ResponderEliminarLa obsesión por eliminar lo que molesta,desentona o difiere del conjunto puede llamarse dd muchas maneras: racismo, homofobia,xenofobia,etc. Ese es uno de los males del mundo y merece castigo.
La integridad y la tolerancia deben ir de la mano.
EliminarEntonces: ¿soy intolerante por no tolerar el racismo o la homofobia?.
EliminarSi fueras tolerante con el racismo o la homofobia, no serías una persona íntegra.
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