El domador con cachorros de león, de Fernando Botero
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El león se escapó de la jaula y el pánico se apoderó de los
espectadores y trabajadores del circo, hasta que el valeroso domador, sin
látigo ni silla, se enfrentó a la fiera. En pocos minutos el león reposaba
tranquilo y el público se relajó.
Hoy una placa con su nombre y dos fechas recuerda la hazaña.
Sí. Para calmar a una fíera,a veces es preciso un sacrificio
ResponderEliminarO salir corriendo. Los héroes también deben conocer sus límites.
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