La gran crisálida, de Francisco Mir Beleguer
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La primera que abandonó el parque y cruzó la acera para
escalar el muro del edificio hasta la azotea Era la más osada, fuerte y
decidida. Tras ella, en ordenada procesión, decenas de congéneres formaron una
larga hilera que coloreó de naranja la cornisa de la última planta. Una vez
allí, se quitó el disfraz, desplegó sus alas y emprendió el vuelo.
Fieles a su destino, las incautas procesionarias fallecieron
en su vano intento de volar.
Todo el mundo quiere un líder, aunque lo conduzca al abismo. La historia está llena de ellos: políticos, religiosos o de opinión
ResponderEliminarLa historia está llena de líderes y de vasallos.
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