![]() |
Autorretrato en bola de cristal, de Roberto Montenegro |
Entré en la casa la Navidad en que Juanito cumplió un año y su padre me dejó junto a su cuna. Yo disfrutaba con la sonrisa del pequeñín al ver caer la nieve en la bola de cristal en que vivía, hasta que se quedaba dormido. Pasaron los años y aún continuaba jugando conmigo, pero un día de Reyes, ya cumplidos los nueve años, de un manotazo, tiró mi mundo al suelo, se rompió la bola, se desperdigó la nieve y yo quedé tendido en la alfombra. Quise esconderme pues iban a llegar los Reyes, y descubrí entonces decepcionado que eran sus padres, que amenazaban con pisarme sin querer. Hui al jardín a buscar al Ratón Pérez que unos días antes le había dejado un regalo al niño, pero me encontré una inmensa rata de alcantarilla. Ya nunca pude volver a mi bola de cristal.
Lo entiendo.
ResponderEliminarNo hay mentira más dulce y al mismo tiempo más cruel que los Reyes Magos.
Cada uno es como es y vive como vive y ve las cosas desde su perspectiva.
Eliminar