![]() |
Grabado de la serie Tauromaquia, de Pablo Ruiz Picasso |
Sintió un dolor infinito e irreparable cuando la bala cumplió el mortal objetivo del cazador, como el anzuelo destrozó su vida previa de sargo o el alfiler la de mariposa. En su postrero intento, reencarnada en su última vida la paloma —zahína, noble, astiarmada—, en un empeño desesperado y justiciero, cayó fulminada en la suerte de espadas.
En cada caso encontró su final a manos de un enemigo más fuerte y, sobre todo, más cruel.
ResponderEliminarQuizás, con suerte, en un futuro se reencarne en cazador, pescador, lepidopterista o torero.
Eliminar