Marina

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Marina, de Ezequiel Barranco Moreno

viernes, 12 de junio de 2020

Oración


El Ángelus, de Jean-Francçois MIllet
Bendice, Señor, a los pobres de espíritu, que tienen que esperar al reino de los cielos; a los mansos que no son capaces de hablar y callan; a los poetas ciegos que huelen el verso; a los que nunca se sacian; a los músicos que derraman su amor en escalofríos y misericordia; a los pintores ciegos que colorean sus sueños; a los que esperan sin ser llamados, a los pacíficos e iracundos, que beben del cáliz de la paciencia y lo desechan cuando se acaba; a la justicia y a los perseguidos, para que compartan aventuras; a los soldados que vuelven a casa con la cartuchera llena y la camisa limpia; al gusano que se entrega al polluelo y, bendice Señor, a los que en la mesa bendicen a las letras, a la curiosidad, a la inspiración y al final de una historia que no tiene fin.

Bendice a los que te bendicen, a los que te olvidan, a los que te ignoran, a los que te maldicen, como ellos han sido olvidados, ignorados y malditos.

Bendice el pan de cada día, pero dánoslo a comer.

3 comentarios:

  1. Bendice señor:
    A los poetas mudos que no pueden recitar sus versos.
    A los músicos sordos y a las pintores ciegos.
    Bendice a los soldados que vuelven a casa sucios tras luchar por la paz.
    También a los inconformistas, que luchan por la justicia.
    Bendice, también a los malvados, para que, con tu bendición, puedan limpiar su alma.
    Bendice a la tierra, nuestra madre, para que, si nos acabamos en cuidarla, nos de el pan que necesita

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