Marina

Marina
Marina, de Ezequiel Barranco Moreno

viernes, 9 de agosto de 2019

Con tres heridas viene, o de la torre albarrana al triunfo (Serie mis cuadros - 30)

Torre del Oro. Sevilla
Giralda. Sevilla

Llegó a los pies de la torre y esa portentosa construcción, la luz, y el aroma del río, de los naranjos y de su propia respiración le invitaron a plasmar su historia. Fue al jardín cercano para escribir entre los frondosos plátanos de indias y casuarinas, y la brisa y roca del poeta, que le trajo tres heridas: la del amor, la de la vida y la de la muerte.
En la encrucijada, sin saber qué camino seguir y que reto abordar, fueron la diosa, los niños y la historia los que le indicaron el camino: Al sol poniente el futuro inexplorado, al  agua corriente el presente inhóspito y al alma sedente el pasado oscuro.
Ajeno a la ruta del ocaso o de la muerte, y del hoy o del amor, se dirigió a la avenida del pasado ―o de la vida―, en busca del día gris y lluvioso, perdido en su memoria, al que se enfrentó entre fantasmas y mitos.
No recordaba nada, salvo por las lejanas voces de sus padres. Supo que estuvo meses encerrado en un lugar oscuro y angosto, de paredes cálidas que rezumaban humedad, ajeno a lo que ocurría en derredor suyo; hasta que lo sacudieron unos extraños movimientos, se abrió una luz y una fuerza desconocida lo empujó al día. Dejó de oír los latidos cercanos y familiares, y sintió la cadencia de los suyos, hacia la vida, hacia el amor y hacia la muerte.
Su llanto inocente fue recibido con algarabía.

Una fantasía sobre Miguel Hernández paseando por Sevilla desde los Jardines del Cristina

2 comentarios:

  1. Recordar a Miguel, no en la oscuridad en la que padeció sino en la luz que transmitió (y transmite) es una obligación de los que amamos la belleza.
    José Carlos.

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    1. La capacidad de hacer de las palabras belleza engrandece el alma de quién lo consigue y de quienes lo reciben.

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