Marina

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Marina, de Ezequiel Barranco Moreno

viernes, 6 de julio de 2018

La casa de los abuelos

Reloj con ala azul, de Marc Chagall

Recuerdo mis inviernos pasados, el frío de las habitaciones y la oscuridad de los días. En el salón se ensoñoreaba el silencio, solo roto por el crujir de la madera en la chimenea. Frente a ésta, mi abuelo en su sillón de orejeras con tapicería de flores y pájaros beis, sienas y rosados. Alrededor, mi padre, mis hermanos y yo, sentados, absortos en el juego de luces y sombras del hogar, y del tic-tac monótono del reloj de pared, marcando las horas, los días, los años.

El salón se fue haciendo más pequeño y silencioso, mi padre encaneció y el calor de la mesa camilla nos reunía frente a la radio que descansaba sobre la chimenea, traicionada por el calor del butano. Encima de la tarima, dos figuras de porcelana, los retratos de boda de mis abuelos y mis padres, y cinco o seis libros de piel granate con ribetes dorados. En la pared, el reloj, marcando el paso de los días, de los años.

Hoy, ya cansado y plateado, en el sillón, cubierto por una tela granate que tapa los pájaros y las flores de la tapicería, me siento en absoluto silencio. Observo la chimenea apagada,  los accesorios dorados y el antiguo soplillo arrinconados, los retratos de las bodas de mis padres, abuelos y mía, las figuras de porcelana sobre la tarima cubierta de una fina capa de polvo, y la luz horizontal de la ventana iluminando el viejo reloj.
Paso así las horas perdidas y sigo el ritmo cansino del tiempo indefinido y el sonido de las campanadas, que señalan los cuartos y las medias ganadas y las horas perdidas. El reloj, sobre la chimenea, continúa marcando los años.

6 comentarios:

  1. Excepcional, Ezequiel! Me ha llegado al alma. Nada menos que tres generaciones en unas cuantas líneas.

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  2. Muy bonito Eze. Sigue marcando el tiempo aunque se pare porque aguanta el paso del tiempo mejor que los abuelos, que nuestros padres y que nosotros.

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    1. El tiempo suena a días para los niños, a meses para los adultos a años para los ancianos y los recuerdos siguen el mismo ritmo. Mi reloj anda cada día más deprisa.

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  3. Hay objetos que saben mantenerse a lo largo de los años, en el caso del reloj de tu relato, debe ser porque tienen un pacto con el tiempo.
    Buen relato, Ezequiel.
    Un abrazo

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    1. El tic-tac-toe del reloj y nuestros latidos marcan el devenir de nuestra historia, nuestro pasado y el futuro.
      Gracias Ángel.

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