Marina

Marina
Marina, de Ezequiel Barranco Moreno

viernes, 6 de abril de 2018

Abril

Flores Silvestres, de Ezequiel Barranco Moreno

En la ventana de mi salón se posaron tres gorriones de vistosos colores —rojo, amarillo  y azul— y comenzaron a golpear el cristal con su pico. Abrí la ventana y les pregunté qué de donde venían:

Yo vengo de un campo de amapolas.
—Yo de un sembrado de girasoles.
—Yo de un cultivo de azafrán.
—¿Y qué queréis? —les dije.
—Ponte esas alas blancas y vente con nosotros —contestaron al unísono.

Me las puse y las seguí. Durante el vuelo fuimos recogiendo de las ventanas de casas, oficinas, hospitales y colegios a otros gorriones de los más diversos colores —verdes de campos de césped, violetas de cultivos de tulipanes, rojas de rosaledas—, sin que en ningún momento paráramos a descansar.
Desde que, por fin llegamos al inmenso valle de flores silvestres, todos tenemos una pluma de cada color. 

4 comentarios:

  1. Los gorriones tienen un color anodino (como los humanos) hasta que abren sus alas (o sus mentes) y viajan (o aprenden) lo que la creación es capaz de mostrarles. Entonces aprenden (aprendemos) y nos hacemos ricos, bellos, vistosos y sabios.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Y si además lo compartimos, nos hacemos mejores y más libres.

      Eliminar
    2. Y pasaron por casa y compartieron sus experiencias, esa ventana me suena mucho, tenemos todos sus colores

      Eliminar
    3. Cada día vamos de ventana en ventana y cada día recibimos visitas en nuestra ventana. Es hermoso e inevitable.

      Eliminar