—Tú estás en lo cierto, Sancho —dijo don Quijote—. Vete adonde quisieres y come lo que pudieres, que yo ya estoy satisfecho, y solo me falta dar al alma su refacción, como se la daré escuchando el cuento de este buen hombre.
Marina
lunes, 14 de agosto de 2023
Juramento
Se atusó su barba rala y el bigote antes de darle ese beso en la frente que viene a ser una despedida. Ella le devolvió una mirada perdida con sus ojos azules que en su tiempo lo decían todo y ese día solo reflejaban un adiós. Se mezclaron las lágrimas de ambos mientras le ponían el pijama gris y los separaban. Sus cuerpos desaparecieron en el crematorio. Las estrellas amarillas de ambas camisas volaron con el viento y se reunieron en el cercano bosque donde, años atrás, se conocieron y juraron amor eterno.
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Si. Pero antes sufrieron y sus gritos leja, aún hoy, a nuestra otros y -deberían- a nuestras conciencias.
ResponderEliminarSi. Pero antes sufrieron y sus gritos llegan, aún hoy, a nuestra oidos y -deberían- llegar a nuestras conciencias.
ResponderEliminarMe gustaría pensar que esos gritos, al menos sirvan para que esa barbarie u otra similar no vuelva a repetirse.
EliminarEs un ejemplo de cómo se repite eternamente la barbarie del ser humano. Cuántas estrellas, medias lunas, arco iris, burkas, y elementos religiosos
ResponderEliminarLas religiones, el poder y el orgullo han sido y, me temo, serán el origen de los mayores desastres de la humanidad.
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