Marina

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Marina, de Ezequiel Barranco Moreno

sábado, 5 de noviembre de 2022

La justa lucha del paladín

Sota de Espadas. Carta de la baraja española

Desde que un día de mala suerte el Rey de Bastos exiliara a la Reina de Copas, tras una mala jugada en que le hizo perder una partida de brisca, ella vive encerrada en un terrible castillo de naipes. La fortaleza tiene cuatro plantas, su alzado es triangular y está rodeada por un jardín de tréboles que le dan un falso aspecto amable. Pero todo es mentira, en la planta baja las picas frenan a curiosos e intrusos, y a ladrones atraídos por los diamantes del primero. En el siguiente nivel están las estancias donde se asientan los corazones indecisos, que descansan desorientados y  dominados por el influjo magnético del malvado Joker, ese ser deforme de risa cínica que tanto odia a la noble baraja española y que, desde la única estancia del último piso, controla el edificio y el verde prado que lo rodea y vigila a sus habitantes. 

Y aquí estoy yo, la valerosa Sota de Espadas, en la base de la construcción, empujando con mi tizona las frágiles paredes del edificio, para derrumbar la obra con el viento de mi ira y que los invasores bárbaros caigan bajo el peso eterno de la tradición.

2 comentarios:

  1. Es lógico.
    Mientras el Rey de oros intenta conquistar a la Reina de Bastos con las bebidas que le sirve el Caballo de Copas, alguien se tenía que ocupar de su defensa.
    No se me ocurre nadie mejor que la Sota de Espadas, mientras su Rey y su Reina descansan plácidamente sintiéndose protegidos .

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    1. No sabría decirte si, hoy en día, hace más falta una sota de espadas, o reyes, reinas, caballos y sotas sin espadas.

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