En la playa, gotas de mar se
secaban sobre la piel de ébano de unos cincuenta cuerpos inertes, una anciana
dormitaba, algunos niños corrían y un matrimonio paseaba indiferente.
Al día siguiente, una anciana
dormitaba, algunos niños corrían, un matrimonio paseaba indiferente y una
campana lejana marcaba cansina las horas.
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Día de verano en el sur de la playa de Skagen, de
Peder Kroyer
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Ya no es ni novedad en las playas de nuestras costas, ni en los campos de centroeuropa demasiadas imágenes en nuestra retinas de males que al final se volverá a repetir la historia y diremos, no si eso no pasa en nuestra ciudad, no somos racistas
ResponderEliminarLo terrible es que nos acostumbramos a todo. Nos alarmamos por la crisis de Siria pero se nos olvidan los que quedan a mitad de camino en su patera antes de llegar a nuestras costas.
EliminarLa vieja que dormitaba, los niños que juegan y el matrimonio que pasea no ven nada extraño. Es lo de todos los días
ResponderEliminarLas birreria que dormitaba, los niños que jugaban y el matrimonio no veían nada raro. Todo dentro de lo normal
ResponderEliminarUna triste y vergonzosa normalidad.
EliminarNuestra vida está llena de rutina: te levantas a las 6 y pico, vas al baño, miras el WhatsApp, te vistes, coges el coche, llegas al hospital, cargas con las historias... Gracias a la rutina saboreamos más los días que son diferentes. Leni Lavado
ResponderEliminarHay que hacer un gran esfuerzo para ser capaces de vivir de forma que cada vivencia nos llegue y seamos capaces de interiorizarla. Si cada día femos a ocho enfermos, es rutina, si vemos a Antonio o Juan o Manuel, escuchamos su historia, hablamos con su mujer, escuchamos sus miedos y los compartimos, etc., nos estaremos liberando de la rutina.
ResponderEliminarPodria ser que necesitemos ponernos tambien algun limite, individual. Tal vez que forme parte de la buena preparacion y disposicion para interiorizar atnto como hay en el mundo, mires pa donde mires y si se abren bien los ojos. Es sentir mas que pensar lo que de verdad nos saca de la rutina, pero sentir es algo importante, maravilloso, magico, nos mueve y algunas veces pesa.. y hasta duele.
ResponderEliminarMe parece precioso tu comentario y la importacia que le das al hecho de sentir.
EliminarGracias por tu participación.
Este relato ha sio incluido en el libro "el mundo en cincuenta palabras". Podéis encontrarlo on-line en el blog cincuenta palabras"
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