Marina

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Marina, de Ezequiel Barranco Moreno

viernes, 16 de agosto de 2024

La fábrica


Sentado en un viejo banco a la orilla del río, aunque te dirigieras a mí, parecía que hablabas solo, con esa mirada tan tuya hacia el horizonte. Mira —me dijiste sin esperar respuesta—, observa ese cielo naranja del ocaso con sus irisaciones rojas que hacen soñar en el pecado, en la pasión, en lo irrealizable, ¿ves las luces, luciérnagas que se asoman en las ventanucas de las pequeñas viviendas que parecen haber crecido con sus propias raíces entre los árboles que las rodean?, ¿notas que el río va tan calmo, tan silencioso, que permite oír el aleteo de los barbos que lo surcan? ¿y como te impregna el olor el olor, ese aroma a tierra húmeda, a viento del norte?
    No quise contestarte. Empezó a llover y el viento nos echo de ese inhóspito paisaje. Hablando para mí me pregunté en voz baja, casi inaudible, que qué miraba, que si estaría desvariando o simplemente viviendo un sueño, y tú echaste a andar susurrando: “Estoy mirando el ayer”.

Relato inspirado en mi cuadro “Fábrica”, realizado en agosto de 2024.

4 comentarios:

  1. No desvariaba, era real.
    No era un sueño sino una pesadilla.
    Y no susurrabas que era el pasado, temías que fuera el futuro.

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    1. El pasado ya se ha ido y el futuro aún está por llegar. Solo tenemos el presente... y nuestra imaginación.

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  2. Me gusta encontrarte aquí.

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